Monday, April 20, 2020

El Águila y el Dromedario

Dos gráficas ayudan a entender lo que pasó con el precio de petróleo éste lunes negro. En la primera se ve el desplome histórico de la demanda de petróleo, sin un ajuste equivalente en la oferta. En la segunda el monto inusitado de los inventarios que saturó la capacidad de almacenaje, explicó José Antonio Meade, quien fue Secretario de Hacienda de México.

Lo anterior quiere decir que prácticamente no se venderán barriles de petróleo en mayo y junio ya que los contratos son a futuro. Si las petroleras deciden no cerrar contratos, ese precio irá rebotando poco a poco. Por lo tanto es, hasta cierto punto, un precio teórico.

Aquellos que compraron futuros, por ejemplo hace un año,  con entrega a 360 días a $50 USD por barril, que era lo razonable en ese momento, hoy están perdiendo millones de dólares por el precio en el mercado de referencia.  Así que empresas ligadas a la cadena de suministro del petróleo (casi todas) seguirán borrando dinero y con ello generado menos utilidades, menos inversión y menos empleo. Se anticipa así un panorama aún más difícil para el mundo empresarial, pero también para las familias y los gobiernos.

Para las petroleras de Latinoamerica, las finanzas públicas y los habitantes de la región estas son muy malas noticias porque las paraestatales son en varios casos el contribuyente más grande del país, destacando los casos de México, Colombia, Venezuela y Ecuador. Entonces si ya teníamos un presupuesto limitado, ahora no sólo las empresas del Estado sino los gobiernos y con ello el presupuesto estarán bajo un elevado estrés  financiero. Habrá menos dinero para el gasto y la inversión de gobierno, por lo que éste tendrá que buscarse con mayor recaudación o con mayor deuda o con ambas. Otra alternativa nada prometedora es que los gobiernos tengan que reducir el gasto.

Al parecer Arabia Saudita no solo acaparó los mercados asiáticos donde México vendía 400 mil barriles en los ultimos dias, ahora también, le venderá petróleo a Estados Unidos en desplazamiento del crudo mexicano. La estrategia de Arabia es echar a Mexico del mercado como en 1982, dijo hoy Liebano Saenz. Si esa teoría es cierta, el daño colateral será para todo el petróleo de la región.

Lo que está sucediendo es que el mercado (y los árabes en particular) percibieron que los almacenes de petróleo están a tope. Por lo tanto ya no hay donde almacenarlo, con esa situación sale más barato pagar porque se lo lleven para continuar la producción. Esa es la lectura del precio negativo. La lección,  es muy riesgoso meterse con los árabes. Recientemente México se negó a reducir su producción en 400 mil barriles y sólo aportó una reducción de 100 mil barriles diarios. Tocaría ahora negociar con los árabes pero en serio. ¿Cuánto puede durar está guerra de precios? Cuando estás hablando de los poseedores de - literalmente - casi todo el petróleo del planeta, mucho tiempo.

¿Qué opciones tenemos? Una de ellas sería parar la producción, lo cual es muy difícil ya que en nuestro contexto se convierte en una decisión de oferta, que conlleva muchas otras decisiones implícitas, entre otras de política fiscal, laboral, contractual, económica, financiera, de riesgos, de seguridad y soberanía nacional, de deuda, decisiones del ámbito político y hasta del ideológico.

En el caso concreto de México algunos dicen que tenemos coberturas que nos protegen contra la caída del precio del petróleo. Eso es un misterio. No es información pública pero se especula que la cobertura abarca un porcentaje muy bajo de la producción que rondaría entre 12 y 15%.

Por otro lado, la caída en el precio del petróleo podría ser favorable para los países importadores, Costa Rica entre ellos. ¿Los países petroleros de la región deberían refinar más? Hoy es mejor que no refinemos todo nuestro petróleo porque tendríamos pérdidas mayores. Cuando el petróleo está en el basurero, toda la cadena de suministro que le sigue también lo estará.

Jimy Cruz
Guadalajara, Jalisco a 20 de abril de 2020.


Monday, April 6, 2020

El Graznido del Cuervo


Jimy Cruz*

Cuatro bloques necesitamos para entender la producción, el indicador estrella de toda economía. Tres serían la inversión, el consumo y el balance de las exportaciones menos las importaciones. Las familias consumen, las empresas invierten y comercian con el exterior. El cuarto bloque es el Estado que cobra impuestos a empresas y familias, tanto por sus utilidades como por el consumo. Lo recaudado, más cierta deuda, se traduce en gasto corriente e inversión - escuelas, hospitales, carreteras – y para ejercer el monopolio de la violencia, atributo exclusivo del Estado. 

Ahora imaginemos al sistema como una carreta. Los caballos son el consumo y la inversión, el cochero las familias. Sentados en el interior van el Estado y los grandes dueños del capital. La carreta avanza mientras los capitalistas pagan sueldos a las familias. Los caballos se alimentan de los tres agentes, el cochero, el Estado y los empresarios puesto que todos consumen o invierten, elementos que explican la dinámica del sistema. El consumo representa al trabajo y la inversión al capital según la dialéctica propuesta por Karl Marx.

Un gran hoyo en el camino es, según la analogía utilizada, la gran crisis que hoy tenemos frente a nosotros. No se puede culpar de ella al Gobierno, ni al capital y mucho menos a las familias. Karl Marx y Henry Thoreau nos podrían ayudar a entender la situación. El cochero vive concentrado en su trabajo, conducir la carreta y alimentar a los caballos es su labor. Su afán, recibir el dinero con la frecuencia necesaria para mantener a su familia. Mientras avanza escucha el graznido de los cuervos, el canto le proporciona alivio, por momentos olvida lo desdichada que es su existencia en una carreta que no es de su propiedad y que no sabe a dónde se dirige.

Al atardecer cuando en el horizonte se vislumbran los últimos rayos del sol y se anticipa la oscuridad de la noche, llegan aún más cuervos. El sonido de estos le parece tan revitalizador que sueña con un amanecer donde ya no tendrá que trabajar ni sufrir. Un paraíso lleno de felicidad y plenitud. Le aconsejan entregar abnegadamente  su trabajo al capitalista. En el pasado ha querido revelarse pero lo someten las órdenes del Gobierno, quien además le extrae un porcentaje de sus ingresos. Lo aborrece pero hace mucho tiempo firmó un contrato que lo obliga a obedecer en nombre del bien común. También le teme pues el Estado no dudará en utilizar la fuerza para someterlo.

Ante el gran hueco en el camino, el capitalista le exige al Gobierno que acuda en su rescate, hay que repararlo de inmediato, es imperativo pues la carreta debe avanzar. El Gobierno no cuenta con recursos suficientes para hacerlo, los impuestos son limitados y le recuerda que en los últimos años tuvo que adelgazar por las severas dietas impuestas, esas que han llamado políticas de estabilización fiscal. Después de un breve jaloneo, capitalistas y Estado, quienes tradicionalmente se han puesto de acuerdo, estipulan que éste utilice los impuestos más cierta deuda para reparar el camino y de ser necesario sea el cochero quien descienda y mueva la carreta. 

En sueños el cochero escucha el canto de otro cuervo. Este un poco más pragmático, revélate le dice. No pagues tus impuestos a un Estado que no procura tu interés. Tendrás que pagar la deuda para reparar el camino. Además no te has percatado, pero mientras avanza la carreta el único interés del Estado es someter nuevos territorios donde viven personas como tú, pero más pobres y necesitadas, débiles. Tú recibes un sueldo pero hay muchas personas que son propiedad de otras. Es la institución más aberrante en la naturaleza humana, se llama esclavitud y millones habitan en ella aún sin saberlo. Con tus impuestos pagas guerras injustas que propagan el régimen de explotación al  que tú mismo estás sometido.

Henry Thoreau, filósofo norteamericano del siglo XIX escribió un ensayo radical alentando la desobediencia civil y no pagar tributos al Estado opresor. Thoreau, se sorprendería al escuchar economistas que invocan políticas basadas en la Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero obra del inglés John M. Keynes para rescatar al sistema, toda vez que dicho gasto y deuda lo pagará el pueblo con más impuestos e inflación.

El Estado y los capitalistas contratan aves que con su trino desorientan y distraen al laborioso conductor. Son las redes sociales y los medios de comunicación. Temen que el cochero finalmente se entere que trabaja para beneficio del capitalista, paga impuestos a un Estado opresor al que además obedece ciegamente, vive profundamente concentrado en recibir su sueldo y encantado por los cuervos que le ofrecen consuelo y felicidad en un paraíso incierto. Temen a la verdad revelada por el filósofo de Tréveris, a saber, la alienación por el dinero, el Estado burgués y la religión.

Hoy ante la crisis el graznido de los cuervos es cada vez más fuerte  y confunde. Debemos ser precavidos. La carreta podría descarrilarse y acabar con el cochero, el Estado y los capitalistas. Pocas veces el sistema ha estado ante semejante riesgo.

Guadalajara Jalisco a 6 de abril de 2020.

*Jimy Cruz es economista por la Universidad Autónoma Metropolitana. Cuenta con estudios de valuación de negocios por la London School of Economics and Political Science y concluyó la Maestría en Filosofía por el ITESO Universidad Jesuita de Guadalajara. Se desempeña como asesor de empresas y de Gobierno.