Dejemos a un lado los temas de conectividad y eficiencia, calidad y ubicación del AIFA. Hoy es un día de festejo. Lo que más me gustó de la inauguración del AIFA es que estuvo ahí el verdadero protagonista de este Gobierno, «El Pueblo», el pueblo bueno deveras.
En primer lugar un aeródromo civil construido, operado y concesionado al ejército, sí al Ejército con mayúsculas que íbamos a regresar a sus cuarteles y que - por el contrario - hoy ha tomado un protagonismo inusitado en áreas que van desde la seguridad, la salud, las aduanas, la logística, la obra “civil” y ahora hasta empresas del Estado.
También estuvo ahí el Pueblo bueno representado por la élite económica, esa que juramos separar del poder político, la clase de monopolistas a los que más poder y contratos se les ha dado desde la era salinista. Esos que atropellan a consumidores con servicios y productos de baja calidad a precios exhorbitantes. La plutocracia intacta como en épocas del PRI y del PAN, a la que la cuatro T le hace lo que el viento a Juárez. Esa clase que una vez concluido este Gobierno tirará pestes de la gestión de nuestro amado Presidente cabecita de algodón. Esa plutocracia que hoy se desvive en elogios pero que secretamente conspira para sacar a los “ineptos” del poder.
Y también estuvo por supuesto la nueva clase política que con mucho entusiasmo se aferra a un proyecto de derecha aunque al pueblo se le debe decir que se trata de un proyecto de izquierda. Estuvieron los dignos representantes del pueblo, de ese pueblo que cada vez es más pobre. De ese Pueblo bueno con perfil europeo y contratos millonarios al amparo del poder.
También estuvo presente en todo momento el pueblo que desde algún sofa roído, desde alguna casa maltrecha, ha estado tuiteando con entusiasmo una “obra” a la que el 52% de la población no tendrá acceso por el simple deterioro de sus salarios, por la imposibilidad de viajar, porque no hay trabajo y no hay crecimiento económico. Ese Pueblo que cuando no encuentra taxis toma un helicóptero, faltaba más. Estuvo ahí el pueblo confinado y asustado que prefiere quedarse en casa por el miedo al Narco. Ese otro gran protagonista del poder actual.
Eso es lo que más me gusta del AIFA, el enorme aplauso y el enorme éxito del Pueblo ahí sintetizado, de los militares, de los plutócratas y del Narco que felizmente ha visto crecer su poder por la abdicación del Estado a su tarea elemental de procurar el Estado de Derecho y de proteger a los ciudadanos.
Casi no tiene vuelos y las aerolíneas que decidieron despegar hoy desde ahí no fueron presionadas por Gobierno, solo han mostrado un entusiasmo discreto. Pero eso es lo de menos, hoy ha ganado «El Pueblo.»
Jimy Cruz.
